Terapia Dog” se denominó el proyecto que generó un profundo cambio en mi vida a partir del año 2010. Gracias a él me inicie en este mundo tan maravilloso de los animales.
Tuvo como principal objetivo ofrecer una terapia de reinserción social y laboral para diez presos del Centro Penitenciario de Palma de Mallorca, en España. Los reclusos tenían que lograr adiestrar a cinco perros en un lapso de seis meses con la finalidad de ser entregados a personas con discapacidad.
“Terapia Dog”, fue un proceso de superación que benefició a varios grupos de personas mediante el vínculo que se estableció con los perros, quienes fueron los terapeutas especiales de ese método de trabajo con presos. Tras la convivencia entendieron lo bien que se siente uno cuando ayuda a los demás y cuando donaron al perro comprendieron mejor esta importante labor.
El proyecto se desarrolló en distintas etapas
La primera resultó ser muy emocionante, porque el centro albergaba unos 1.650 reclusos y al tratarse de la primera edición, solo diez pudieron ser seleccionados para el primer curso terapéutico.
Durante la segunda etapa se elaboraron cinco amplias perreras que fueron construidas por miembros del taller de mantenimiento. La tercera etapa fue la llegada de los perros, logrando generar el vínculo de confianza entre perros y guías.
La cuarta, consistió en la obediencia básica y la quinta, fue cuando se empezó a adiestrar al perro con los comandos específicos para personas con discapacidad.
En la sexta se empezó a trabajar y finalmente, se fueron entregando los perros a los usuarios a medida que fueran estando en óptimas condiciones