Nuestra experiencia, trabajo y dedicación va mucho más allá de un compromiso constante y de enseñarles diversos métodos a nuestras mascotas para que logren tumbarse, se sienten o nos den una de sus patas como muestra de afecto.
Buscamos cada día, educar a nuestras mascotas para mejorar la convivencia y fortalecer vuestro vínculo afectivo mediante un trabajo motivacional constante donde se centren todas las energías para garantizar su bienestar.
Estoy convencido que todos los animales deberían tener las mismas posibilidades que tuvimos los humanos, evolucionar para vivir mejor. Por eso es sumamente importante lograr interpretar su lenguaje y las señales que emiten para lograr conocer y sumergirnos en todas sus emociones.
Prácticamente la mitad de los hogares sabe qué implica tener un animal de compañía, no sólo en cuanto a los cuidados y condiciones que requiere, sino al vínculo especial que se establece entre las mascotas y los integrantes de la familia.
Desde Frandasi, sostenemos que es necesario y beneficioso no solo en niños, sino también en jóvenes y adultos mayores la compañía de un animal donde se puedan desarrollar sentimientos de empatía y respeto. Nosotros instamos e impulsamos el desarrollo de la autonomía y la responsabilidad.
Es complejo hablar de un mecanismo tan particular que se desencadena en los vínculos entre animales y personas, sencillamente se produce una peculiar conexión, por eso, la importancia de destacar es la herencia genética, ya que también sucede en los animales, tanto en los genes físicos como psíquicos.
En todos estos años he comprobado y notado que mis mascotas que han procreado con sus congéneres, aprenden y asocian más rápido que otros, estimula el desarrollo psicomotor y del lenguaje, en los niños y adolescentes y mejora la comunicación no verbal, además de aumentar la autoestima y la capacidad de relacionarse con los demás.
Transmitir el amor a los animales es una forma, también, de enseñar a respetar y cuidar a la naturaleza. Jamás olvidemos que la relación que desarrollamos con las mascotas es importante, valiosa y necesaria, nos enriquece de otra manera, por otros canales.

Terapia Dog” se denominó el proyecto que generó un profundo cambio en mi vida a partir del año 2010. Gracias a él me inicie en este mundo tan maravilloso de los animales.

Tuvo como principal objetivo ofrecer una terapia de reinserción social y laboral para diez presos del Centro Penitenciario de Palma de Mallorca, en España. Los reclusos tenían que lograr adiestrar a cinco perros en un lapso de seis meses con la finalidad de ser entregados a personas con discapacidad.

“Terapia Dog”, fue un proceso de superación que benefició a varios grupos de personas mediante el vínculo que se estableció con los perros, quienes fueron los terapeutas especiales de ese método de trabajo con presos. Tras la convivencia entendieron lo bien que se siente uno cuando ayuda a los demás y cuando donaron al perro comprendieron mejor esta importante labor.

El proyecto se desarrolló en distintas etapas

La primera resultó ser muy emocionante, porque el centro albergaba unos 1.650 reclusos y al tratarse de la primera edición, solo diez pudieron ser seleccionados para el primer curso terapéutico.

Durante la segunda etapa se elaboraron cinco amplias perreras que fueron construidas por miembros del taller de mantenimiento. La tercera etapa fue la llegada de los perros, logrando generar el vínculo de confianza entre perros y guías.

La cuarta, consistió en la obediencia básica y la quinta, fue cuando se empezó a adiestrar al perro con los comandos específicos para personas con discapacidad.

En la sexta se empezó a trabajar y finalmente, se fueron entregando los perros a los usuarios a medida que fueran estando en óptimas condiciones